Lisbeth Salander entró en el "Café les Deux Molins" a las once y catorce minutos. Amelie Poulain vió a Lisbeth ausente y Amelie piensa que ella tiene problemas y que la puede ayudar.
A las once y dieciocho minutos Lisbeth Salander sacó su portátil "Laptoz" y empezó a teclear. Amelie se acercó y le pidió que quería tomar. Lisbeth pidió un café.
Cuando ya pasaban dos minutos y cuarenta segundos, Amelie Poulain le lleba a Lisbeth Salander un café con una cara feliz dibujada en la espuma del café, junto con una notita que decía "Salgo a las 18.00 y te voy a resolver tus problemas".
Cuando son las 18.05, Amelie Poulain se encuentra sola a la saldia del "Café les Deux Molins" y al ver que Lisbeth Salander no acude a la cita, la buena de Amelie se va a su apartamento.
Al cabo de unos días, Lisbeth Salander vuelve a acudir al "Café les Deux Molins" a la misma hora. La situación se vuelve a repetir: un café, una cara feliz en la espuma, una notita y una Amelie plantada a las 18.07 a la salida del local.
Pero todo cambió aquella noche, cuando Amelie se despierta en su piso de Montmartre a media noche y se encuentra a Lisbeth Salander mirandola fijamente. Lisbeth Salander le pregunta a Amelie si verdaderamente la quiere ayudar. Al obtener una respuesta afirmativa, Lisbeth le planeta: "Tienes que ayudarme a encontrar unos archivos a l'ordenador de Suzanne, tu jefa del "Café les Deux Molins".
dilluns, 11 de maig del 2009
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